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Historia Publication logo Noviembre 11, 2023

Aguacates y tráfico de armas, la combinación criminal que asfixia a Michoacán

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Since 2020, border cities like Tijuana have experienced an increased influx of Mexican migrants...

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Linda posa para un retrato en su casa de California el 18 de junio de 2023. Alquila una habitación en una casa que comparte con sus tres hijos. Imagen de Toya Sarno Jordan. Estados Unidos.

Las hectáreas de aguacatales trajeron bonanza a los pobladores, pero en México el dinero siempre atrae la atención del crimen organizado


Linda se vio obligada a dejar su hogar en Ixtaro, Michoacán, en febrero de 2021. Escondida en una camioneta bajo unas cobijas, tomó a sus hijos y huyó de las amenazas del cartel. Su hermano Willie, un militar retirado, se había enfrentado al grupo que controlaba el pueblo y después de un enfrentamiento, logró herir a algunos y asesinar a otros. Su cuerpo fue hallado con señales de tortura a unos kilómetros. Pero estos grupos criminales ni perdonan ni olvidan; uno de los heridos buscaba venganza y Linda sabía que si no escapaba la siguiente sería ella. O sus hijos.


Linda lleva a la escuela de verano en California al hijo de su hermano Willie, asesinado por el crimen organizado. Imagen de Stephania Corpi Arnaud.

La organización criminal Pueblos Unidos había tomado el pequeño pueblo, de tan solo 1.500 habitantes, intentando hacerse con el control de la producción de aguacate. Nació como un grupo de autodefensa para supuestamente defender a los pobladores de Los Viagras, uno de los grupos armados más sanguinarios de Michoacán. Las altas cuotas que este cartel había impuesto empezaron a ahogar a los productores locales, que tenían que pagar entre 3.000 y 5.000 pesos por hectárea (entre 150 y 250 dólares, al cambio de principios de 2021).

En menos de un año, Pueblos Unidos armó a los productores aguacateros. El negocio era redondo; ellos mismos vendían las armas a precios exorbitantes y la gente estaba obligada a comprarlas. “En cada familia mínimo tenía que haber un arma”, cuenta Linda. A su familia le vendieron un rifle por 100.000 pesos y tuvieron que juntar el dinero entre todos.


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Los integrantes de Pueblos Unidos llegaron a Ixtaro presentándose como campesinos preocupados por la presencia de grupos criminales. Le pidieron a la comunidad que escogiera a algún líder o representante para que actuara como intermediario. Pero cuando Los Viagras abandonaron el pueblo, esta nueva organización se hizo con el control de laboratorios, casas y armas. En muy poco tiempo quedó claro que eran otra banda delictiva.

El aguacate había llegado tan solo una década atrás; Ixtaro, como muchos de los pueblos, cultivaba milpas o duraznos. Las hectáreas de aguacatales trajeron bonanza a los pobladores. Las casas de adobe empezaron a ser de ladrillo, las calles se pavimentaron y, en general, había más efectivo en circulación.


El hijo de Willie, de 11 años, prepara el desayuno en la cocina en California el 21 de junio de 2023. Linda lo adoptó después de que Willie fuera asesinado por un grupo armado que tomó su pueblo, Ixtaro. Imagen de Toya Sarno Jordan. Estados Unidos.

Pero en México el dinero siempre atrae la atención del crimen organizado. Extorsiones y secuestros se volvieron rutina en un territorio donde el Cartel Jalisco Nueva Generación busca deshacerse de todos los rivales y reinar. Las localidades de Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre y Uruapan, todas en Michoacán, son escenario de disputas entre grupos armados.

“Se ha transformado en un negocio mucho más complejo”, afirma la profesora de la Universidad de Brown Ieva Jusyonite, que plasmó años de investigación sobre tráfico de armas en su libro Exit Wounds. El tráfico de drogas requiere de más planeación y riesgos; poseer armas le da al crimen organizado el poder de extorsionar y secuestrar a campesinos. “Es más fácil ese negocio”, agrega Jusyonite.

Arriesgarse a no cumplir con los requisitos del cartel tiene consecuencias fatales. Un campesino de Ario de Rosales cuenta que se ha convertido en algo usual encontrar cuerpos en sus tierras. “El segundo cuerpo que encontramos, les digo que ya la cabeza no la tenía”, dice. Y la razón por la que compran ellos mismos las armas es para no comprometerse con Pueblos Unidos. “Uno quiere deberles lo menos… mejor ahorrar”, dice.


Linda juega al billar en un bar de California el 20 de junio de 2022. Imagen de Stephania Corpi Arnaud. Estados Unidos.

México actualmente es el mayor exportador de aguacates del mundo, lo que representa un mercado de alrededor de 3.000 millones de dólares, y el Estado de Michoacán concentra el 75% de la producción. Es un negocio que no para de crecer; la exportación a Estados Unidos pasó de 121.600 toneladas métricas en 2019 a cerca de 135.000 en 2022. El suculento negocio atrajo así a los carteles, que a lo largo de los años han diversificado sus actividades.

Irene Álvarez, académica que ha investigado grupos de autodefensa en diferentes regiones de Michoacán, explica que el Estado es uno de los que lidera la ramificaciones de la delincuencia organizada, y esto se debe en gran medida a la agroindustria. A la enorme producción de aguacate, de hecho, hoy se le unen las berries o frutos rojos silvestres.

“Michoacán tiene un fenómeno de boom de la agroindustria y ese dinero de alguna manera genera dinámicas de violencia particulares”, asegura Álvarez. Ixtaro es un ejemplo de estas dinámicas. En esta región el pago de las cuotas a los cárteles se instauró mucho después que en otras regiones como Tierra Caliente, entre Guerrero y el Estado de México. La supuesta paz que el pueblo compró al adquirir armas y permitir la entrada de Pueblos Unidos terminó en desgracia. Al líder elegido por la comunidad y a sus hermanos los asesinaron por oponerse a aumentar la siembra de aguacates, argumentando que la escasez de agua terminaría siendo un problema para todos los productores. Willie, el hermano de Linda, también murió intentando defenderlos. Sus restos descansan en el panteón del pueblo, donde muchos tienen familiares que se han convertido en parte de las estadísticas de la guerra contra el narco.

Las armas

El tráfico de armas que ingresan a México es coordinado por organizaciones criminales que cuentan con miembros en ambos lados de la frontera norte. El proceso inicia con la compra de un arma en Estados Unidos y su registro de manera legal, generalmente a través de prestanombres. Casi siempre, quienes realizan las compras “son ciudadanos estadounidenses”, explica Ieva Jusyonite que operan en en estados fronterizos como Arizona o Texas. Sin embargo, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés) ha rastreado en México armas provenientes de 50 estados.


Un rifle pintado con la bandera de los Estados Unidos se exhibe en la convención anual de la National Rifle Association (NRA) el 28 de mayo de 2022 en Houston, Texas. Imagen de Toya Sarno Jordan.

Los traficantes esperan hasta acumular varias compras para que después otra persona de la misma organización lleve la mercancía a un punto en la frontera, donde un tercer integrante se encarga de cruzarlas.

“No hay inspección del lado mexicano” asegura Timothy Sloan, antiguo agregado de la ATF en México, por lo que la cantidad de armas incautadas en la frontera es muy pequeña. Aprovechándose de la falta de control por parte de oficiales mexicanos, estas personas a menudo esconden las armas dentro de las puertas de los autos, en tanques de diésel, o las desarman para dificultar su identificación. “Tengo registros de historias, por ejemplo de una persona que pasó su arma como una silla para bebé”, agrega Irene Álvarez.

El cruce fronterizo de San Ysidro, en Tijuana, es uno de los más utilizados para cruzar armas; aunque las leyes en California son menos laxas, muchas veces los traficantes llevan las armas a este punto por que saben que es muy concurrido.


Aguacates cuelgan de un árbol en una granja en Ixtaro, Michoacán, el 13 de noviembre de 2022. Michoacán, México, es el mayor productor de aguacates del mundo. Imagen de Stephania Corpi Arnaud.

La operación involucra a una cadena de al menos cinco personas, por lo que cuando la mercancía llega a México su costo ya ha aumentado tres o cuatro veces. Al igual que las drogas que viajan hacia el norte, a medida que el arma se aleja de la frontera, más aumenta su valor. Las ventas se realizan principalmente a través de grupos de whatsapp.

Así llegó a México una de las armas usadas en el crimen que acabó en el asesinato de dos ciudadanos estadounidenses en la ciudad fronteriza de Matamoros en marzo de 2023. Secuestrados por una organización criminal, fueron hallados cuatro días después. El arma fue rastreada hasta remontar a su compra, realizada por un hombre estadounidense que admitió saber que llegaría a manos del Cartel del Golfo y recibió 100 dólares por el negocio.

An abandoned truck sits in an empty lot
Una camioneta de la Secretaría de Salud yace abandonada a un costado de la carretera que conduce a Ixtaro, Michoacán, el 14 de noviembre de 2022. Tras la salida del grupo de autodefensa Pueblos Unidos de Ixtaro, el miedo aún permanece, así como autos abandonados y agujeros de bala en la plaza principal. Imagen de Stephania Corpi Arnaud. México.

El flujo de armas en México es regulado por los militares, pero la falta de transparencia contribuye a que no se conozca cuántas hay realmente. Algunos estiman que circulan unos 15 millones, de las cuales 85% proceden del tráfico ilegal.

Lisa Sánchez, directora ejecutiva de México Unido contra la Delincuencia (MUCD), explica que desde 2017 el Gobierno tiene la obligación, a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de elaborar un Registro Nacional de Armas Municiones. “Y ese registro o no se ha hecho o si ya se hizo, no es público”, afirma. Sánchez sostiene que así se genera un vacío para cuantificar el mercado de armas, incluyendo un registro de armas desviadas a mercados ilícitos. “¿Qué pasa con aquellas armas, por ejemplo, que se pierden o son robadas?”, cuestiona la experta.

El Ejército mexicano aseguró en junio que a lo largo del sexenio decomisó más de 39.000 armas ilegales. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó una demanda penal contra 11 armerías de Massachusetts que fue desestimada, pero recurrió la decisión. La Secretaría de Relaciones Exteriores interpuso después otra acción legal, de carácter civil, en Arizona, pendiente de resolución.


Una estatua de Jesús domina la tumba de Willie en Michoacán, México, el 14 de noviembre de 2023. El día que fue enterrado, la gente le recibió con música y una gran celebración. Imagen de Toya Sarno Jordan.

En cualquier caso, el problema, más allá de cuántas armas haya, es el tipo de armas. “En esta guerra [contra el narco] hay una carrera armamentística”. explica Irene Álvarez. El calibre de estas armas que circulan dentro del país es también un factor que preocupa a las autoridades, ya que en muchas ocasiones incluso los policías municipales están menos armados que estos grupos. “La capacidad de hacer daño ahorita es completamente grandilocuente”.

Barretts calibre 50, AR-15′s, drones y equipo táctico está convirtiendo regiones enteras de México en pueblos fantasma. “Nada te hace querer huir de tu hogar tanto como un arma apuntándote”, dice Ieva Jusionyte, profesora de la Universidad de Brown. “El flujo de armas y la proliferación de ellas en México está definitivamente asociado al desplazamiento forzado”, continúa Jusionyte. Así es como Linda tuvo tiempo para juntar apenas una muda de ropa y huir de su hogar junto a su familia.


Huellas de manos se muestran en la pared de una casa en Ixtaro, Michoacán, el 14 de noviembre de 2023. Imagen de Toya Sarno Jordan. México.

Mexicanos en la frontera

En la frontera entre México y Estados Unidos hay miles de historias de mexicanos desplazados que se diluyen entre venezolanos, nicaragüenses, haitianos, afganos… En solo unos días en Tijuana una decena de mujeres compartió sus historias de violencia, extorsión y secuestro. “Así como a Estados Unidos le preocupan las muertes por sobredosis de fentanilo, en México nos preocupan las vidas que se pierden por homicidios, por armas de fuego que llegan al país de forma ilegal”, explica Cecilia Farfán, jefa de investigación en programas de seguridad en la Universidad de California San Diego.


Vista del muro fronterizo desde Tijuana, Baja California, en agosto de 2022. Imagen de Toya Sarno Jordan. Mexico.

Un grupo de personas pasa por delante del campamento improvisado de migrantes de El Chaparral en Tijuana, México, el 1 de febrero de 2022. Imagen de Toya Sarno Jordan.

Una mujer de Michoacán cuenta que seis días atrás mataron a su hija de cinco balazos en la esquina de su casa. No tuvo ni siquiera tiempo de enterrarla; se subió a un camión con sus dos hijos rumbo a Tijuana. Lisa Sánchez, de MUCD, dice que las estadísticas demuestran cómo las armas han afectado al las comunidades. “Siete de cada diez muertes violentas de mujeres se llevan a cabo con armas de fuego”, dice Sánchez, en el año 2000 eran sólo tres de cada 10.

Otra mujer de Michoacán nos cuenta de los videos que le envía su expareja portando un arma larga le dice que ya la tiene identificada. La amenaza con descuartizar a su hijo y después a ella. Otra de Guanajuato estuvo casi un mes secuestrada y tuvo que huir con su hermana y sus dos hijas. Otra más de Ixtapa, en Guerrero, puso una denuncia después de que no alcanzó a pagar las cuotas de su taquería.


Una mujer originaria de Ixtapa, Guerrero, muestra una foto en su teléfono de un grupo criminal el 1 de febrero de 2022 en Tijuana, México. Este grupo fuertemente armado amenaza su barrio, exigiendo cuotas de extorsión y desplazando por la fuerza a los residentes. Imagen de Stephania Corpi Arnaud.

Michoacán es un Estado que tiene una relación muy estrecha con Estados Unidos; no solo por el aguacate, sino también por un flujo migratorio de décadas. Tan solo en 2022, las remesas llegaron a 5.000 millones de dólares. Pero las dinámicas migratorias están cambiando. Ya no son personas en busca de una mejor vida, son familias enteras desplazadas por violencia. Linda, por ejemplo, viajó con 25 familiares. Y el problema, al final, son siempre las armas. “En la medida en que tienes más personas que están armadas y que tienen esta capacidad de fuego importante, (...) esto lo que permite es que diferentes grupos justamente si quieren desplazar a personas de una zona, lo puedan usar con la amenaza de violencia”, concluye Farfán.


Una mujer de Michoacán posa para un retrato en un refugio de Tijuana, México, el 2 de febrero de 2022. Abandonó Michoacán con su hijo tras recibir amenazas de su ex pareja, que la amenazó tras dejarle. En el refugio, recibió vídeos amenazantes de él portando un arma automática, y mensajes en los que le decía que primero descuartizaría a su hijo y luego la mataría si no regresaba a casa. Imagen de Toya Sarno Jordan.

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